Julian Assange dejó entrever que abandonará la embajada de Ecuador en Londres y aceptará una eventual extradición a Suecia sólo si EEUU cierra “la investigación inmoral” que mantiene abierta sobre las filtraciones de miles de documentos oficiales.

Assange considera que investigar las actividades de Wikileaks “viola la Primera Enmienda” de la Constitución estadounidense, en la que se contempla la libertad de expresión y prensa, y por este motivo ha vuelto a pedir a las autoridades norteamericanas que archiven cualquier proceso relativo a la actividad del portal de internet que cofundó.

La mente detrás de Wikileaks se encuentra recluido desde junio pasado en la embajada de Ecuador en el Reino Unido, al cual solicitó asilo político para evitar su extradición a Suecia, donde está siendo investigado por presuntos delitos sexuales, ya que entiende que no existen garantías suficientes de que no vaya a ser trasladado a un tercer país, en concreto a Estados Unidos.

Ecuador, que comparte las tesis del fundador de Wikileaks, le concedió en agosto el asilo político, pero Assange ha terminado por quedar en un limbo ya que Reino Unido se niega a concederle el salvoconducto que le permitiría llegar al aeropuerto y despegar rumbo al país sudamericano.

Vivir en la embajada “es como vivir en una estación espacial”, explicó Assange a la cadena CNN, en una entrevista en la que relató las desventajas de permanecer sin luz natural ni acceso a la calle pero en la que ha subrayado que disfruta de unas condiciones “mejores que las de los presos”.

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